La falta de interés que pudiera tener un individuo por aprender, descubrir o documentarse sobre cualquier materia, sobre todo temas que pudieran ser importantes, esa puede ser una señal de que estamos frente a una aptitud de corte ignorante. Podríamos decir que si persistiese esa apatía por el “saber” allí en ese punto específico tristemente debemos aceptar que dominó la batalla la ignorancia. Lo importante aquí es que solo gana la batalla hasta que el individuo quiera salir de ese mundo oscuro, vil y engañoso llamado ignorancia. Aquel que suele estar bajo el pesado yugo de la ignorancia generalmente es víctima de timos de variada naturaleza, puesto que el ignorante muchas veces es crédulo e ingenuo y es visto como blanco fácil para truhanes y charlatanes. No debemos confundir a “iletrado” con “ignorante” existen muchas personas que no tuvieron la oportunidad de aprender a leer y escribir pero de ignorantes no tienen nada pues poseen una perspectivas de las cosas mucho más claras que cualquiera que domine la lectoescritura y existen muchos individuos que pueden saber leer y escribir pero en ellos domina la credulidad, el no tener un esquema de ideas propias, la apatía hacia el progreso, la descalificación al contrario etc. El ignorante creará su propio mundo donde por supuesto, sus ideas no solo tienen cabida si no que son las mejores, despreciando así las ideas de los demás. Su religión es la mejor, no sabe a ciencia cierta porqué, pero alguien le dijo a él que era la mejor, así que no es necesario averiguar por qué. No necesita escuchar a nadie con lo que dice él le basta, podría escuchar a otro y aceptar lo que propone siempre y cuando por supuesto sea lo mismo que dice o propone él. Podemos ignorar temas, pero necesariamente no estamos cerrados para aprender cosas nuevas, el detalle con el ignorante, desde mi punto de vista, es que se presenta renuente en la aceptación o asimilación de nuevos temas, puntos de vista o aprendizaje, esa puede ser la diferencia entre aquel que ignora un tema o cosa especifica y el ignorante que está cerrado ante todo. El que se cobija con la ignorancia, se escuda con la terquedad, raya en lo necio y sucumbe ante la estupidez, el ignorante persiste en su error ciclópeamente sin percatarse nunca del abismo en que habita, como habitaron nuestros pueblos en el pasado dominados por la curia romana que se aprovechaba de la ignorancia reinante en aquellos tristes días sometiéndolos a los mas infames castigos llevados a cabo por la inquisición o constriñéndolos al confesionario como otra forma de dominación puesto que al saber de los deslices confesos tanto de mantuanos como de orilleros y todo aquel que utilizaba ese recurso de expiación a sus “pecados” así la curia de esos días estaría al tanto de todos los secretos del pueblo, de hombres y mujeres, de ricos y pobres he ahí la raíz del dominio reinante en aquella época. El ignorante no es aquel que tiene desconocimiento de algo, sino el que nunca quiere dejar de ser reo de su propia ignorancia. Debemos estar siempre abiertos a nuevos conocimientos, nuevas alternativas y a otras verdades, solo así podríamos vivir en una sociedad donde sus habitantes no dejen ser engañados por aquellos que rigen sus destinos.
Y recordemos siempre; Salud para seguir disfrutando con nuestros familiares, queridos hermanos y amigos, Fuerza para que soportemos las cargas entre si y Unión para dejar de ser tantos y convertirnos en uno solo.