Bienvenida

"Gracias por visitar este sitio, que tiene como único fin mostrarles algunas reflexiones plasmadas de la forma más equilibrada posible, para que de esa manera iniciemos la marcha en pro de una vida mejor, con mayores libertades erradicando toda sujeción que limite nuestras acciones como individuos..."
JJ
Celis

domingo, 15 de septiembre de 2013

Conciencia Institucional

   La fortaleza generalmente se obtiene gracias a la constancia y ésta a su vez, es decir la constancia, tiene como madre a la paciencia, no es por capricho que se asegura que la paciencia es una de las más grandes virtudes que pueda poseer ser humano alguno, al ser pacientes mas temprano que tarde podríamos lograr cualquier objetivo que nos planteemos. El individuo que actué de forma paciente en ninguno de sus actos se avizorará tendencias mezquinas, ruines o egoísta, puesto qué, no actuará de manera impulsiva en la ejecución de alguna acción. La base esencial para lograr la firmeza o fortaleza de una estructura ya sea de orden social, normativa o individual, esencialmente radica en la carencia de actitudes egoístas, es decir nuestra actuación en todos y cada uno de los ámbitos en los cuales nos desenvolvemos debe ser sin fines egoístas o personales, sino con el único fin de que lo que realicemos nos sobreviva en el tiempo y al final de la jornada esa acción se convierta para beneficio de todos en una institución. Si tuviésemos como fundamento esencial esa visión o que adquiriésemos en determinado momento una verdadera Conciencia Institucional, miraríamos desde un punto de vista positivo a nuestro país como una gran institución y que todas nuestras acciones ya sean en el ámbito político, económico, social, etc., se realicen para que nuestra nación nos sobreviva y perdure en el tiempo, ser garantes de que las decisiones que se tomen se hagan no solo para los que habitan nuestro país en el presente sino también para aquellos que lo habiten en el futuro, es decir,  nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos y los hijos de éstos y así sucesivamente, sin egoísmo o mezquindad alguna esa seria la verdadera visión optimista y de respeto para nuestro país. Pero solo se logra todo esto cambiando nuestro forma de pensar y nuestro pensar actualmente, es el de tomar todo para sí, no dejarle nada a nadie, nadie tiene oportunidad, solo nosotros la merecemos y así vivimos en una eterna y maléfica conducta egoísta, no tenemos la capacidad de ver a nuestra nación como una institución talvez y sin temor a equivocarme mas son la veces que la miramos con apatía. Todos o la mayoría de nosotros oteamos tal vez sin saberlo, a nuestras familias como una institución, de gran importancia además, realizamos nuestras acciones lo mejor posible para que ella funcione, es decir para que nuestra familia  funcione como debe ser y queremos que funcione estemos presentes o no, pero sobre todo deseamos que nos sobrevivan y perduren en el tiempo cada uno de los miembros que la conforman, nuestras costumbres y los valores que infundimos, pues mas o menos ese es el sentido real que debemos tener frente al concepto de institución, pero mas que un concepto debemos verlo como una conducta individual, para que luego logre convertirse en una conducta colectiva, esa  es la gran labor por realizar.  Las instituciones desde el punto de vista conceptual en dicho sentido trascienden las voluntades individuales al identificarse con la imposición de un propósito en teoría considerado como un bien social o colectivo. 

domingo, 1 de septiembre de 2013

La Importancia de la Masonería en Nuestra Sociedad

Ninguna sociedad puede eventualmente desarrollarse en todos sus ámbitos sin equidad en sus leyes ni libertad de conciencia en sus ciudadanos, es por ello que en la institución masónica prevalece y ha prevalecido desde siglos esos dos elementos que se han convertido a lo largo del tiempo en dos grandes convicciones, forma inequívoca en la formación de hombres que busquen en todas sus formas el bien común. Saberse de la capacidad de desarrollo y progreso que tiene todo ser humano es tal vez uno de los secretos mejor guardados  a vox populi, es decir fue un secreto para algunos elegidos en aquellas antiguas escuelas que en tiempos pretéritos se hicieron con aquel conocimiento con “aquella verdad” que no es mas que el poder de la mente humana. Del potencial de la mente humana ya en nuestro tiempo conocemos de su largo alcance, pero algunos no lo han asimilado aun y creen que eso del poder de la mente es para otros, no para ellos. En este punto comienza la instrucción de todo masón que encierra en un circulo infinito nuestros augustos misterios, es decir la instrucción masónica nunca termina, y esta empieza a enseñarnos desde el principio que en nosotros esta la fortaleza, dentro de nosotros mismos,  no nos dice que la busquemos en otra parte sino en el centro de nuestro yo interno. Conociéndonos en primer lugar, pudiéramos en lo sucesivo ofrecer una opinión mucho mas objetiva de nuestro entorno, tal vez nos evitaría realizar juicios de valor erráticos y desventurados, no estaríamos divorciados de la realidad latente del día a día, es decir  viviríamos la realidad de lo cotidiano, descubriríamos que muchas veces no es tan importante analizar las consecuencias sino las causas que la originaron, que antes de criticar a un semejante debería revisar de antemano mi conducta, pueda ser o tal vez lo esté haciendo mucho peor, al mirar la miseria de otro de seguro pensaremos de que tambien nos puede pasar lo mismo quizás peor, de seguro en la quietud de la noche en nuestras oraciones pidamos al ser supremo que le alivie su miseria, en nosotros esta lo positivo y lo negativo, lo bello lo feo, protones y neutrones, la mayoría de los minerales existentes tambien están en nuestro ser, ¿que mas necesitamos saber para aceptar que somos un pequeño universo?.
Una vez que se ha transitado el camino del auto conocimiento del “ser particular”, permítanme llamarlo así, allí realmente empezamos a ser verdaderamente útiles, ha tener conciencia de la equidad, la importancia de lo justo, y en otros casos la necesidad de  justicia en cada gesto y en cada rincón, tener la suficiente entereza para someternos a una auto evaluación en el marco de lo moral, debemos adosarle la importancia necesaria a todo lo relacionado con los valores morales que deben existir en toda sociedad. La francmasonería en sus principios nos muestra que ante todo debemos conducirnos bajo parámetros morales aceptables, ella reconoce la relatividad de lo moral descartando de antemano el carácter absoluto que algunos tratan de asignarle a lo moral, lo que para nosotros es “moral” no necesariamente lo es en otras latitudes, pero ella, la masonería, nos exige conducirnos bajo parámetros debidamente morales y ser fieles cumplidores de las leyes que imperen en el pais que residamos, ser respetuosos de las normas u ordenanzas que suscriban  esas leyes.
Por otro lado en el seno de nuestros talleres, no se conciben diatribas de orden político-partidistas, ni comentarios que critique a cualesquiera de las distintas corrientes religiosas existentes, a pesar de que en su seno gozan de plena aceptación como miembros de la orden cualquier individuo que posea  inclinaciones político – religiosa de las distintas tendencias conocidas, con ello se observa o  se pone a prueba el nivel de tolerancia de cada miembro, puesto que para los libre pensadores ante los ojos del Gran Arquitecto del Universo todos somos realmente iguales. Por cierto la mayoría de los conflictos bélicos ocurridos a lo largo del tiempo en nuestro planeta, han tenido como dispositivo detonador  motivos políticos o religiosos, en algunos casos se conjugan ambos dando como resultado al final en todos los casos  la más de las desgraciadas suertes al género humano. Es por ello que la francmasonería busca entre sus adeptos impartir como principio fundamental de primer orden ideas pacifistas, de coincidencias y de confraternidad no solo entre ellos sino con el resto de los individuos que conforman a la sociedad, se fomenta el respeto propio y ante el discurso ajeno, se combate con fuerza y ahínco la descalificación a propios y a extraños de nuestra orden, se fomenta la conciencia creadora evolutiva y progresista en cada uno de sus miembros en busca de allanar el camino que nos lleve como sociedad a niveles de avance de primer orden, sin exclusiones de ninguna índole, el francmasón reconoce que todo ser humano debe y tiene que evolucionar en todos su ámbitos indefectible y sistemáticamente sin menoscabo de su ideología, raza, color de piel, militancia política o inclinación religiosa, desde aquí, desde la mirada entre la escuadra y el compás, todos somos iguales y merecemos todos lo justo, lo bueno y lo natural.     .           
Nuestra sociedad, necesariamente no tenemos que ser muy ilustrados para darnos cuenta,  tiene graves problemas de tipo cultural, es decir de situaciones que han tenido lugar a lo largo del tiempo y que ya forma parte de la cultura e idiosincrasia de nuestro gentilicio, esto es la apatía hacia hechos o situaciones de corrupción esa es solo una de ellas, se ha vuelto lugar común en nuestras vidas que ya no nos sorprendemos, por ende creemos que ya no vale la pena la denuncia ante este hecho tan negativo, pero la apatía no queda allí, vemos tanta violencia en los medios de comunicación audio visuales que miramos acciones violentas en nuestras calles sin sorpresas como algo cotidiano, viendo además como se le ha escapado de las manos a las instituciones correspondientes. La institución masónica entre sus principios tiene como fin el respeto a la condición humana y por ende el respeto a la vida y se busca trabajar en función de no solo preservarla sino de llevar en la medida de las posibilidades una vida digna fomentando el trabajo honesto y creador que al final nos lleve a soluciones de tipo material, económico, social  y ¿por qué no? Espiritual.    
La masonería es una institución fomentada por individuos, por ende cualquiera podría decir que no es perfecta por esa misma cualidad, es decir por ser formada, forjada y fomentada por seres humanos, imperfectos en muchos casos, pero la perfectibilidad de la masonería no descansa en los hombros de quienes la formaron, puesto que la masonería fue creándose a partir de los elementos mas idóneos de las interrelaciones sociales y de las mejores formas de conducta que deben existir entre los ciudadanos y que algunos libre pensadores en tiempos lejanos tomaron lo mejor de la conducta humana y lo institucionalizaron creándose la francmasonería, ya que con esto se lograría desde esa macro visión, llegar en lo posible a una sociedad perfecta.

Lo que somos hoy día es una sociedad habitada por ciudadanos perfectibles, que no debe verse a groso modo como algo negativo, sino como algo plausible ya que podríamos decir eventualmente que vamos por el camino de la perfección, tal vez no la mayoría pero si quienes de alguna manera tuvimos la suerte de iniciarnos en los augustos misterios la masonería, puesto que tenemos en nuestras manos las herramientas necesarias para ver, analizar y concluir lo que se necesita para que una sociedad llegue a puerto seguro en lo referente a estabilidad y progreso sistemático a los habitantes de nuestra sociedad, podrían sonar estas palabras exageradas o desproporcionadas, pero solo basta observar sus principios detenidamente, sobre todo practicarlos y veremos que si toda la sociedad tomase en cuenta sus principios nuestro mundo sería otro.