Luego del acto iniciático e
inmerso ya en ese universo de aprendizaje llamado masonería, debemos tener
presente como marco referencial que no existe nada comparable en el mundo
profano con el mundo masónico. Los mecanismos utilizados para la
instrucción, la visión observada desde
el punto de vista masónico con respecto al mundo, al ambiente y los fenómenos
que nos rodea donde se apela a la razón primero que a la pasión o a la entrega
desmedida, donde se tiene al individuo
como recurso humano de importancia capital puesto que todo inicia allí en el ser
humano ya que éste al tener conciencia de su existencia todo lo demás es
añadidura. No existieron, ni existen instituciones de cualquier índole que
dejen al criterio individual sus concepciones ni apreciaciones, sus visiones
particulares sobre el existencialismo humano, ni sus creencias de tipo
religioso o teológico, indefectiblemente siempre tomaran aquellas instituciones
u organismos profanos medidas
coercitivas para inocular sus doctrinas en la mente o en la conciencia de sus miembros, ya como masones sabemos lo
pernicioso que suele ser eso, no dejar pensar al individuo lo convierte en un
ser manipulable.
Hemos obtenido enormes
avances de tipo científico, industrial y tecnológico, si se quiere en corto
plazo, existe una gran diferencia en la rutina diaria de la sociedad de los
siglos XIX y XX, le han atribuido ese progreso a una serie de elementos
risibles, descabellados y fuera de lugar, intencionados o no, ninguno de ellos
es la verdadera razón de ese avance. Estudiemos un punto de partida esencial
para entender lo verdadero, lo esencial, lo indicado, para que ese avance
tuviera lugar y que hoy día aun lo vemos y disfrutamos. Ese punto de partida se
llamó Laicismo, el Laicismo es una corriente de pensamiento o ideología que
favorece la existencia de una sociedad organizada aconfesional, es decir donde
las religiones no tenga inherencia en lo que tiene que ver con las leyes o
políticas de Estado, téngase en cuenta las prácticas de la Iglesia Católica con
respecto a la obligación que exigía y exige a sus feligreses de confesar sus
pecados, solo comentare lo siguiente, el que maneja la información posee el
control. Debemos entender la visión que se tenía de la religión o las
religiones en el pasado y que hoy día algunas regiones del mundo la siguen aplicando, ellas poseían el
control de la ley, todo lo que estuviese fuera de ella se le denominó pecado, y
con eso determinaron las ciencias, las artes y la cultura de naciones enteras,
para otras tendencias religiosas se les llamó infieles a todos los que no practicaran
sus costumbres y tradiciones religiosas, para aquellos y estos las leyes no
determinaban su religión sino que la religión era quien determinaban las leyes,
estar fuera de ese marco era herejía o infidelidad para con Dios.
Una vez arraigada en la
conciencia de algunos librepensadores en nuestro continente, entusiasmados con
los acontecimientos ocurridos en Francia tiempo atrás a propósito de su
revolución, con aquella corriente de
pensamiento basada en la Ilustración (entiéndase sabiduría o
saber) cuyos principios se basaba en la razón, la igualdad y la libertad. Hablando de la razón esta es
simplemente la aplicación previa ante toda acción de un examen concienzudo o
consciente para la obtención de mejores resultados, la igualdad se refiere a la
igualdad de oportunidades ante y para todos, la libertad referida es la
libertad de pensamiento o libertad de conciencia, donde cada individuo es dueño
de las cosas por las cuales creer e idealizar. Pero todas esas nuevas tendencias
fueron y aun lo son, perniciosas para las religiones y afines a ella, tampoco
es muy bien vista por partidarios a sistemas autocráticos donde prefieren una
sociedad alienada, los sistemas netamente materialistas o empecinados solo en
el consumo de la masa social y tenerlos solo como rebaño consumidor tampoco son
adeptos a ellas. Si nos dedicamos a buscar cual sería la clave para no
pertenecer a esa clase social antes referida, la de ser rebaños me refiero,
solo encontramos qué, la clave es no engañar y no dejarnos engañar, que
significa eso, algo simple, continuamente apelar a la verdad y que si no
estamos frente a ella iniciaremos su búsqueda, si no entendemos algo debemos
razonar para su explicación lógica aplicando los métodos técnicos y científicos
que tengamos a la mano, no dejarlo todo a terceros donde solo nos brindaran
parte de su verdad o la que a ellos les convenga.
¿Que nos brinda los preceptos
masónicos?, en esta primera entrega de la serie “Consideraciones masónicas” que iremos mostrando paulatinamente, se
advierte que para lograr ese nivel esperado de conciencia elevada, lo
lograremos con la práctica de la observación perspicaz, alcanzada solo con lo
que llamamos el silencio útil, éste
se refiere al pensamiento analítico, meticuloso, agudo y equilibrado. Y esto
¿para qué?, para controlar los aspectos impulsivos o apasionados, donde se
espera que el Aprendiz actué bajo el dominio de la razón y aleje la
intemperancia la cual nos somete la pasión, logrado esto último irán los Apr.:
preparados para escalar un peldaño más en su vida masónica y si pone en
práctica todo lo aprendido en la vida profana entonces estaría dando valor
agregado a nuestras enseñanzas y desde
ese punto no podemos seguir diciendo que no tenemos participación ante la
sociedad.
Y recordemos siempre; Salud para seguir disfrutando con
nuestros familiares, queridos hermanos y amigos, Fuerza para que soportemos las cargas entre si y Unión para dejar de ser tantos y
convertirnos en uno solo.
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