Bienvenida

"Gracias por visitar este sitio, que tiene como único fin mostrarles algunas reflexiones plasmadas de la forma más equilibrada posible, para que de esa manera iniciemos la marcha en pro de una vida mejor, con mayores libertades erradicando toda sujeción que limite nuestras acciones como individuos..."
JJ
Celis

domingo, 13 de octubre de 2013

LA SOCIEDAD IDEAL

La especie humana donde desde aquel lejano instante en que logró aparecer en esta comarca cuyo nombre la define como "Planeta Tierra", descubrió luego, que solo trabajando en equipo lograrían superar los obstáculos mas elementales que en aquellos tiempos se presentaban, como ejemplo podemos citar el de protegerse de los elementos qué tenían lugar en aquel primitivo tiempo, (la lluvia arrasante, el intenso frío, el abrasador calor, etc.) y resguardarse de animales predadores, entre otros, pero esto duro solamente hasta que descubrieron que no solo podían apelar a una actitud defensiva, ante aquellos elementos, podían también en determinados momentos apelar a una total y decidida actitud ofensiva. Luego de asumir esta total y decidida actitud ofensiva fueron mejorando sus métodos y sus aplicaciones logrando así los objetivos qué de manera intrínseca se propusieron, de allí en adelante sobrevino para la especie humana una evolución y un progreso evidente pero a su vez, como yuxtaposición... dañino. Dañino puesto qué, enseñorearse ante el resto de los seres vivos, por su evolución no lo hace el total y único dueño del planeta. Creyéndose la especie humana que es la única dueña del planeta ha cometido desmanes y reiterativos errores que tarde o temprano pasará factura y cobrará, en éste caso la madre naturaleza cobrará con creses, como el ruin usurero que pide elevados intereses a su prestito. Como podemos ver no hemos sido la mejor de las sociedades en lo referente a nuestra naturaleza, o el ambiente que nos rodea, mirando de soslayo todo lo que tiene que ver con proteger nuestra ecología y pretender irresponsablemente que las generaciones futuras se encarguen de ello.
Muy evidente suele ser el desprecio entre la especie humana por quienes difieren de sus inclinaciones, étnico religiosas, políticas y de estrato social, todas ellas han sido en mayor o menor medida motivos de guerra o de sentimientos interpuestos, entre países,  pueblos y ciudades, etc. La especie humana entre sí, se ha inclinado a marcar como con un candente hierro, forjado en las más candentes cavernas infernales, las diferencias que suelen tener con respecto a opiniones, maneras de pensar o de llevar a cabo las cosas, y no apostar por las coincidencias que pudieran tener unos y otros. Se afanan o se desviven por descalificar impulsivamente todo lo que desconozcan, sean de opinión contraria o no llenen sus expectativas particulares, ya sean económicas, políticas o de cualquier otra índole de tipo material. Se han inclinado ha posturas partidista dentro de los procesos educativos donde todos sabemos que el aparato educativo debe ser dirigido por hombres de ciencia dedicados a impartir una educación evolutiva dirigido en todos sus ángulos al camino del perfeccionamiento, al progreso e iluminar a los hombres y mujeres que se encuentran inmersos en ese proceso educativo, haciéndolos descubrir sobre la marcha que en sus propias manos esta el lograr las  mejoras y llevar a niveles etéreos una  verdadera condición humana, en definitiva luchemos con nuestras ideas u opiniones  para que en las instituciones educativas predominen hombres de ciencia y no hombres de política partidista, despolitizar nuestra sociedad desde todo punto de vista debe ser la principal tarea que debemos plantearnos si queremos de verdad que seamos la sociedad ideal.
Dicen los entendidos que una sociedad marcará su nivel de progreso o evolución por el nivel de vida y seguridad en sus recintos carcelarios, si esto es cierto no necesitamos preguntar en qué tipo de sociedad vivimos  y por ende que tipo de sociedad somos, porque sabemos en que condiciones se encuentran nuestros recintos carcelarios… infrahumano, ese es el nombre del nivel que tienen nuestras cárceles y si no entienden esa palabra tenemos dos sinónimos que podemos asignarle, mísero, o sórdido… sin comentarios.

La institución Masónica antes y desde la publicación de sus límites, linderos mejor conocidos como Landmarks, ya se lograba concebir como un ensayo de lo que podría denominarse la Sociedad Ideal, se concibió como una colectividad de hombres inclinados al progreso y al avance físico e intelectual, donde reinaba el concepto practico de lo que es la  fraternidad, puesto que debían resguardarse unos y otros de todos aquellos que los perseguían y detractaban, exigían a sus miembros en aquellos tiempos el único vinculo que hacían realidad los objetivos que tenían como cofradía, ese vinculo era el compromiso ético y moral en todos sus miembros sin éste, difícilmente un sociedad de individuos logrará cualquier meta. Hoy día podemos decir que aun solemos ser un ensayo de lo que podría denominarse la Sociedad Ideal, una sociedad tolerante ante la diversidad étnico religiosa o político partidista de sus miembros, sin caer en temas relacionados con religiosidad o política se ha llevado a cabo la convivencia armónica entre sus miembros, el equilibrio como instrumento fundamental a la hora de emitir opiniones ha sido fundamental características de sus adeptos, el respeto ecuánime de las leyes civiles y masónicas ha llevado a sus miembros a ser hombres de un rasgo conductual ecuánime. La institución Masónica como ente de enseñanza procura con su iconografía simbólica a la interpretación genérica de su significado sin menoscabar la interpretación individual que pudiera tener lugar en cada uno de sus miembros, esto conlleva al iniciado a un ejercicio cognoscitivo de gran valía, puesto que nos permite tener y presentar nuestras propias ideas y planteamientos llevándolos reiterativamente a un constante aprendizaje de los fenómenos de la naturaleza, de la vida y de la muerte. Apegados a la importancia del equilibrio saben sus adeptos que sin equilibrio la balanza de la justicia se quebrantaría y sin ella ningún tipo de Libertad reinaría, puesto que sin justicia no hay libertad y sin libertad no hay justicia una perenne y cíclica simbiosis, necesaria en toda sociedad que se considere desarrollada.                     

sábado, 12 de octubre de 2013

Energía Vital

Desde tiempos pretéritos  ha existido un equivalente al concepto que nosotros los seres humanos hemos llamado Energía Vital, y esto ha tenido lugar en sitios equidistantes y en diferentes culturas. Los griegos lo llamaban Neuma, los antiguos Hindúes Prana,  los chinos Chi  y los japoneses   Ki. Pero en esta oportunidad no hablaré de ninguna de ellas, puesto qué desde mi punto de vista existe otra energía que nos da vitalidad, que nos permite soportar los embates y vicisitudes  del día a día dándonos la fuerza necesaria para seguir erguidos y no sucumbir al final de la jornada. Tenemos primeramente que la “Energía” tiene por concepto que es una capacidad para obrar, transformar o poner algo en movimiento y físicamente hablando se define como la capacidad para realizar un trabajo. Por otro lado tenemos la palabra “Vital” que no es difícil suponer que está relacionada o es relativa a la vida o como elemento principal para el mantenimiento de la misma, en muchos casos se relaciona con fundar sostener o mantener una cosa. Ya teniendo medianamente conceptualizado esos dos términos, podemos decir que  “Energía Vital” es una “Fuerza que nos permite  Vivir”, o podríamos interpretarlo como la “Capacidad para Vivir”. Esa energía o fuerza que nos permite “Vivir” no quiere decir que nos “mantiene” con vida físicamente como lo hace el oxigeno, los alimentos que consumimos, o los medicamentos que nos prescriben los profesionales de la salud cuando carecemos de ella, puesto que todos esos elementos nos permiten solo estar con vida o mantenernos vivos y no “Vivir” como literalmente debe hacerlo cualquier ser humano a plenitud. Vivir significa disfrutar de todo lo que nos ofrece la vida en sí misma, y a pesar de estar conscientes de lo corto que suele ser el lapso que nos corresponde deambular por nuestro planeta, no podemos caer en la decepción de que toda obra que emprendamos por muy magnánima que sea, siempre tendremos a nuestro lado la sombra de la muerte o que en cualquier momento expiremos y dejamos de existir, pero esperamos desde nuestro más profundo interior de que mas allá de la vida volvamos a encontrarnos, este nivel de conciencia solo lo tenemos los seres humanos, es decir solo los seres humanos tienen conciencia de la vida y de la muerte, estamos conscientes de que nuestra existencia en algún momento caducará y a sabiendas de todo ello seguimos adelante con todos nuestros planes o proyectos. Seguimos creyendo en el amor a pesar de conocer lo amargo que resulta ser el desamor, seguimos creyendo en los seres humanos que nos rodean en nuestro entorno a pesar de haber sido traicionados eventualmente, creemos en nuestros hijos no importa lo que hagan o dejen de hacer, no importa lo menesterosa que esté nuestra situación económica creemos y esperamos que tarde o temprano mejorará. Es nuestra naturaleza como seres humanos conscientes o con un habitual uso de la conciencia, el de constantemente “esperar” que todo al final resultará  bien, estamos siempre esperando, pero nunca se espera nada negativo, esperamos siempre cosas positivas, cosas que nos permitan realmente “vivir”. Esa Energía Vital a la cual hoy hago referencia todos la conocemos y se le denomina Esperanza. La Esperanza  es una de las tres virtudes teologales qué desde mi humilde opinión es la más importante, puesto que un individuo sin ella no gozaría de esa energía que le permita seguir con su día a día a pesar de tantos desafueros ocurridos a nuestro alrededor, cualquiera sin la vitalidad que genera la esperanza sucumbiría ante tanta ignominia y tanta crueldad generada en nuestro mundo, alguien sin esperanzas descartaría eventualmente en procrear hijos, tan solo de ver tanta violencia en las calles, no es criticable que alguien al mirar tanta miseria deseche esa idea, pero para aquellos donde prevalece el optimismo tienen la esperanza de que algún día la violencia acabará y nuestro mundo eventualmente sería un mejor lugar para vivir. La Esperanza nos da la fuerza necesaria para seguir sobre el camino de lo bueno, de lo positivo y de lo natural, la esperanza nos renueva nuestra fibra al final de  cada día transcurrido esperando que el día siguiente siempre sea mejor que el anterior. La  importancia de la esperanza es tal que  algunos han sabido explotar el “uso” de ella para capitalizar sus intereses particulares, intereses políticos partidistas y hasta intereses económicos, al apelar a la esperanza de la gente,  cuando estas creen en las promesas emitidas por aquellos que buscan algún beneficio económico, electoral, particular o de individuos inescrupulosos que se aprovechan de las necesidades y de la esperanza de las  personas, pero al final  resultan estafadas, engañadas y burladas. Es por ello que a pesar de la adversidad en la cual estemos inmersos y de quienes apliquen demagogia  con ella, la esperanza es lo último que debemos perder.

Sentido de Pertenencia

Sentirnos arraigados o enraizados por algo que consideramos importante, ya sean personas, grupos o instituciones ese sentimiento filiatorio se le denomina Sentido de Pertenencia. Al tener conciencia de que pertenecemos a algo ya sea en el marco sentimental de una relación familiar o de pareja, o sentirnos parte de una agrupación de individuos que promuevan cualquier tipo de actividad, eso nos brinda la tan necesaria seguridad emocional que todo individuo persigue o debiera perseguir. Tan importante es, poseer Sentido de Pertenencia, que esto nos lleva a preservar, a cuidar y a tratar de mantener en el tiempo esa relación filiatoria que nos une a la familia, a la relación de pareja, o  a la  relación con la institución a la cual nos sentimos parte  y a todo lo que tenga que ver con ese sentimiento filial, es decir, cuidamos todo lo concerniente al bienestar de nuestra familia y procuramos todo lo que le brinde seguridad, en lo concerniente a nuestra relación de pareja nos hace estar al pendiente de la comunicación entre ambos, apelamos al respeto y nos refugiamos en el amor  y  siempre hallamos cualquier excusa para que en todo momento exista la buena armonía a fin de que esa relación perdure en el tiempo. De igual manera ocurre con la institución o agrupación a la cual nos sentimos parte, cuando “gozamos” de Sentido de Pertenencia  cuidamos todo lo que ella representa ética y moralmente y al mismo  tiempo preservamos toda su estructura física puesto que sin ese elemento tan importante como lo es la infraestructura donde funciona esa agrupación,  la estabilidad de esa institución se vería afectada. El Sentido de Pertenencia no nace de la apatía, ni florece sin  roce o sin el familiar contacto que debe existir para sentirnos parte de algo, no puede hallarse Sentido de Pertenecía si no existe la preocupación cuando algo no marcha bien, no existe Sentido de Pertenencia si apelamos a la indolencia frente a las necesidades que pueda sufrir nuestra familia, nuestra pareja o frente a las necesidades que pudiera afrontar nuestra institución o agrupación en la cual formamos parte. El sentido de pertenencia nos conlleva a realizar lo posible y hasta lo imposible para que esa relación y su significado perduren en el tiempo y si es necesario nos sobreviva.
Es importante señalar también el incentivo y el estimulo que representa el poseer de igual manera Sentido de Propiedad que es afín al Sentido de Pertenencia, puesto que el segundo nos hace sentir que pertenecemos a algo pero a su vez el llegar a disfrutar con plena conciencia de ese sentido, nos permite considerarnos dueños de ese algo, allí surge el sentir de que algo nos pertenece, surge el Sentido de Propiedad. Como ejemplo se podría decir que en tiempos pasados en la época de la conquista de Europa sobre nuestra América, tenían como recurso estimulante la promesa de qué  quienes realizaran dicha empresa serian dueños de parte de las tierras conquistadas, más adelante, ya en el siglo XIX en plena etapa independentista la promesa era de igual manera llegar a ser dueños de la tierra y todo lo que le confiscaran a los que defendían aquello que representaba la Corona. Vemos cuán importante fue, es y será, el sentirnos dueños de algo, lo estimulante que resulta sentir que algo nos pertenece.
Podríamos preguntarle a cualquier persona que se encuentre viviendo en una casa en estado de alquiler, ¿qué siente? al no poseer en este caso, una vivienda. Su  inestabilidad emocional se vuelve  imperante, su preocupación es latente puesto que no goza de la estabilidad que brinda el tener una casa propia, llegando incluso, sin temor a exagerar, a la desintegración del núcleo familiar por tan nefasto motivo. Caso contrario sería el de alguien que fuese dueño de su casa, podría tener muchas otras preocupaciones pero sentirse vulnerable por la falta de seguridad, la carencia de estabilidad y del abrigo de su familia, esas preocupaciones no las tendrá tan solo por ser dueño de su vivienda. Sentido de Propiedad no es solamente decir “esto es mío”, ni siquiera significa que algo está legalmente a nuestro nombre, no, el Sentido de Propiedad es ser responsable con lo que se tiene, es el sentido de preservación para con lo que se tiene, y así  otros disfruten de ese “algo” y a su vez ese “algo” perdure.
Existen dos elementos que observándolos con detenimiento tiene estrecha relación con el Sentido de Pertenencia, estos son la Propiedad Pública y la Propiedad Colectiva, la primera todos sabemos a qué tipo de propiedad se refiere, como ejemplo básico tenemos a las plazas y parques públicos, es de todos y de nadie a la vez, quienes se encargan de su mantenimiento, cuando lo reciben, son las instituciones gubernamentales, sean regionales o municipales, el Sentido de Pertenencia no fluye, no tiene posibilidad de germinar puesto que el carácter público que poseen dichos lugares nos erradica cualquier vestigio de sentirlos nuestros, pero eso no significa que dejemos de utilizar esos espacios y que no disfrutemos al momento de recrearnos allí, siendo tan solo una transitoria utilización de esos lugares sin apego o sin arraigo alguno por su condición de ser una cosa pública. Por otro lado tenemos la  Propiedad Colectiva, que si bien este tipo de propiedad es de dos o más, eso no significa que sea de todos, si no, de aquellos agremiados, afiliados o aquellos  a quienes designe esa sociedad colectiva como propietarios, en este caso pudiera surgir en el mejor de los escenarios el Sentido de Pertenencia, ese sentido que nos permite sentir ser parte de “algo” y que ese “algo” a su vez sentir que nos pertenece.             
Para concluir QQ.: HH.:, tenemos frente a nosotros la potestad de descubrir si poseemos o no Sentido de Pertenencia, ese sentido que nos obliga a defender, a preservar, a mantener aquello que creemos formar parte ya sea nuestra familia nuestra pareja o la institución la cual integramos. Seamos sinceros y miremos si en realidad colaboramos  al momento de realizar cualquier tipo de trabajo en pro de ese “algo” que consideramos importante ya sea la familia la pareja o la agrupación que conformamos y si descubrimos en nuestro proceder de que estamos al pendiente de todas aquellas cosas que consideramos importante y sobre todo encontrar las alternativas para que  esas cosas perduren en el tiempo allí en ese punto especifico podremos decir que tenemos Sentido de Pertenencia

domingo, 15 de septiembre de 2013

Conciencia Institucional

   La fortaleza generalmente se obtiene gracias a la constancia y ésta a su vez, es decir la constancia, tiene como madre a la paciencia, no es por capricho que se asegura que la paciencia es una de las más grandes virtudes que pueda poseer ser humano alguno, al ser pacientes mas temprano que tarde podríamos lograr cualquier objetivo que nos planteemos. El individuo que actué de forma paciente en ninguno de sus actos se avizorará tendencias mezquinas, ruines o egoísta, puesto qué, no actuará de manera impulsiva en la ejecución de alguna acción. La base esencial para lograr la firmeza o fortaleza de una estructura ya sea de orden social, normativa o individual, esencialmente radica en la carencia de actitudes egoístas, es decir nuestra actuación en todos y cada uno de los ámbitos en los cuales nos desenvolvemos debe ser sin fines egoístas o personales, sino con el único fin de que lo que realicemos nos sobreviva en el tiempo y al final de la jornada esa acción se convierta para beneficio de todos en una institución. Si tuviésemos como fundamento esencial esa visión o que adquiriésemos en determinado momento una verdadera Conciencia Institucional, miraríamos desde un punto de vista positivo a nuestro país como una gran institución y que todas nuestras acciones ya sean en el ámbito político, económico, social, etc., se realicen para que nuestra nación nos sobreviva y perdure en el tiempo, ser garantes de que las decisiones que se tomen se hagan no solo para los que habitan nuestro país en el presente sino también para aquellos que lo habiten en el futuro, es decir,  nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos y los hijos de éstos y así sucesivamente, sin egoísmo o mezquindad alguna esa seria la verdadera visión optimista y de respeto para nuestro país. Pero solo se logra todo esto cambiando nuestro forma de pensar y nuestro pensar actualmente, es el de tomar todo para sí, no dejarle nada a nadie, nadie tiene oportunidad, solo nosotros la merecemos y así vivimos en una eterna y maléfica conducta egoísta, no tenemos la capacidad de ver a nuestra nación como una institución talvez y sin temor a equivocarme mas son la veces que la miramos con apatía. Todos o la mayoría de nosotros oteamos tal vez sin saberlo, a nuestras familias como una institución, de gran importancia además, realizamos nuestras acciones lo mejor posible para que ella funcione, es decir para que nuestra familia  funcione como debe ser y queremos que funcione estemos presentes o no, pero sobre todo deseamos que nos sobrevivan y perduren en el tiempo cada uno de los miembros que la conforman, nuestras costumbres y los valores que infundimos, pues mas o menos ese es el sentido real que debemos tener frente al concepto de institución, pero mas que un concepto debemos verlo como una conducta individual, para que luego logre convertirse en una conducta colectiva, esa  es la gran labor por realizar.  Las instituciones desde el punto de vista conceptual en dicho sentido trascienden las voluntades individuales al identificarse con la imposición de un propósito en teoría considerado como un bien social o colectivo. 

domingo, 1 de septiembre de 2013

La Importancia de la Masonería en Nuestra Sociedad

Ninguna sociedad puede eventualmente desarrollarse en todos sus ámbitos sin equidad en sus leyes ni libertad de conciencia en sus ciudadanos, es por ello que en la institución masónica prevalece y ha prevalecido desde siglos esos dos elementos que se han convertido a lo largo del tiempo en dos grandes convicciones, forma inequívoca en la formación de hombres que busquen en todas sus formas el bien común. Saberse de la capacidad de desarrollo y progreso que tiene todo ser humano es tal vez uno de los secretos mejor guardados  a vox populi, es decir fue un secreto para algunos elegidos en aquellas antiguas escuelas que en tiempos pretéritos se hicieron con aquel conocimiento con “aquella verdad” que no es mas que el poder de la mente humana. Del potencial de la mente humana ya en nuestro tiempo conocemos de su largo alcance, pero algunos no lo han asimilado aun y creen que eso del poder de la mente es para otros, no para ellos. En este punto comienza la instrucción de todo masón que encierra en un circulo infinito nuestros augustos misterios, es decir la instrucción masónica nunca termina, y esta empieza a enseñarnos desde el principio que en nosotros esta la fortaleza, dentro de nosotros mismos,  no nos dice que la busquemos en otra parte sino en el centro de nuestro yo interno. Conociéndonos en primer lugar, pudiéramos en lo sucesivo ofrecer una opinión mucho mas objetiva de nuestro entorno, tal vez nos evitaría realizar juicios de valor erráticos y desventurados, no estaríamos divorciados de la realidad latente del día a día, es decir  viviríamos la realidad de lo cotidiano, descubriríamos que muchas veces no es tan importante analizar las consecuencias sino las causas que la originaron, que antes de criticar a un semejante debería revisar de antemano mi conducta, pueda ser o tal vez lo esté haciendo mucho peor, al mirar la miseria de otro de seguro pensaremos de que tambien nos puede pasar lo mismo quizás peor, de seguro en la quietud de la noche en nuestras oraciones pidamos al ser supremo que le alivie su miseria, en nosotros esta lo positivo y lo negativo, lo bello lo feo, protones y neutrones, la mayoría de los minerales existentes tambien están en nuestro ser, ¿que mas necesitamos saber para aceptar que somos un pequeño universo?.
Una vez que se ha transitado el camino del auto conocimiento del “ser particular”, permítanme llamarlo así, allí realmente empezamos a ser verdaderamente útiles, ha tener conciencia de la equidad, la importancia de lo justo, y en otros casos la necesidad de  justicia en cada gesto y en cada rincón, tener la suficiente entereza para someternos a una auto evaluación en el marco de lo moral, debemos adosarle la importancia necesaria a todo lo relacionado con los valores morales que deben existir en toda sociedad. La francmasonería en sus principios nos muestra que ante todo debemos conducirnos bajo parámetros morales aceptables, ella reconoce la relatividad de lo moral descartando de antemano el carácter absoluto que algunos tratan de asignarle a lo moral, lo que para nosotros es “moral” no necesariamente lo es en otras latitudes, pero ella, la masonería, nos exige conducirnos bajo parámetros debidamente morales y ser fieles cumplidores de las leyes que imperen en el pais que residamos, ser respetuosos de las normas u ordenanzas que suscriban  esas leyes.
Por otro lado en el seno de nuestros talleres, no se conciben diatribas de orden político-partidistas, ni comentarios que critique a cualesquiera de las distintas corrientes religiosas existentes, a pesar de que en su seno gozan de plena aceptación como miembros de la orden cualquier individuo que posea  inclinaciones político – religiosa de las distintas tendencias conocidas, con ello se observa o  se pone a prueba el nivel de tolerancia de cada miembro, puesto que para los libre pensadores ante los ojos del Gran Arquitecto del Universo todos somos realmente iguales. Por cierto la mayoría de los conflictos bélicos ocurridos a lo largo del tiempo en nuestro planeta, han tenido como dispositivo detonador  motivos políticos o religiosos, en algunos casos se conjugan ambos dando como resultado al final en todos los casos  la más de las desgraciadas suertes al género humano. Es por ello que la francmasonería busca entre sus adeptos impartir como principio fundamental de primer orden ideas pacifistas, de coincidencias y de confraternidad no solo entre ellos sino con el resto de los individuos que conforman a la sociedad, se fomenta el respeto propio y ante el discurso ajeno, se combate con fuerza y ahínco la descalificación a propios y a extraños de nuestra orden, se fomenta la conciencia creadora evolutiva y progresista en cada uno de sus miembros en busca de allanar el camino que nos lleve como sociedad a niveles de avance de primer orden, sin exclusiones de ninguna índole, el francmasón reconoce que todo ser humano debe y tiene que evolucionar en todos su ámbitos indefectible y sistemáticamente sin menoscabo de su ideología, raza, color de piel, militancia política o inclinación religiosa, desde aquí, desde la mirada entre la escuadra y el compás, todos somos iguales y merecemos todos lo justo, lo bueno y lo natural.     .           
Nuestra sociedad, necesariamente no tenemos que ser muy ilustrados para darnos cuenta,  tiene graves problemas de tipo cultural, es decir de situaciones que han tenido lugar a lo largo del tiempo y que ya forma parte de la cultura e idiosincrasia de nuestro gentilicio, esto es la apatía hacia hechos o situaciones de corrupción esa es solo una de ellas, se ha vuelto lugar común en nuestras vidas que ya no nos sorprendemos, por ende creemos que ya no vale la pena la denuncia ante este hecho tan negativo, pero la apatía no queda allí, vemos tanta violencia en los medios de comunicación audio visuales que miramos acciones violentas en nuestras calles sin sorpresas como algo cotidiano, viendo además como se le ha escapado de las manos a las instituciones correspondientes. La institución masónica entre sus principios tiene como fin el respeto a la condición humana y por ende el respeto a la vida y se busca trabajar en función de no solo preservarla sino de llevar en la medida de las posibilidades una vida digna fomentando el trabajo honesto y creador que al final nos lleve a soluciones de tipo material, económico, social  y ¿por qué no? Espiritual.    
La masonería es una institución fomentada por individuos, por ende cualquiera podría decir que no es perfecta por esa misma cualidad, es decir por ser formada, forjada y fomentada por seres humanos, imperfectos en muchos casos, pero la perfectibilidad de la masonería no descansa en los hombros de quienes la formaron, puesto que la masonería fue creándose a partir de los elementos mas idóneos de las interrelaciones sociales y de las mejores formas de conducta que deben existir entre los ciudadanos y que algunos libre pensadores en tiempos lejanos tomaron lo mejor de la conducta humana y lo institucionalizaron creándose la francmasonería, ya que con esto se lograría desde esa macro visión, llegar en lo posible a una sociedad perfecta.

Lo que somos hoy día es una sociedad habitada por ciudadanos perfectibles, que no debe verse a groso modo como algo negativo, sino como algo plausible ya que podríamos decir eventualmente que vamos por el camino de la perfección, tal vez no la mayoría pero si quienes de alguna manera tuvimos la suerte de iniciarnos en los augustos misterios la masonería, puesto que tenemos en nuestras manos las herramientas necesarias para ver, analizar y concluir lo que se necesita para que una sociedad llegue a puerto seguro en lo referente a estabilidad y progreso sistemático a los habitantes de nuestra sociedad, podrían sonar estas palabras exageradas o desproporcionadas, pero solo basta observar sus principios detenidamente, sobre todo practicarlos y veremos que si toda la sociedad tomase en cuenta sus principios nuestro mundo sería otro.